- Escucha, se me ha ocurrido una idea, una locura, pero si no te la suelto, estoy seguro de que me obsesionará durante el resto de mi vida.
+ ¿Qué?
- Quiero seguir hablando contigo, ¿entiendes? No tengo ni idea de cual es tu situación, pero siento que entre nosotros hay algo como... química, ¿no?
+ Sí, yo también.
- Genial, bueno, te propongo lo siguiente: Qué tal si te bajas del tren conmigo y nos vamos juntos a explorar Viena.
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