Colecciones

Llevo días hojeando libros sin saber muy bien lo que buscaba. He leído poemas, he leído capítulos, he leído citas de algunos de los autores buscando inspiración. Necesitaba un libro que me dijera qué tengo que hacer. Un libro que me conozca bien, un libro que sepa las cosas por las que estoy pasando: las buenas, las tristes y las reguleras.

Necesitaba uno de esos libros que extraen todo lo que tienes en tu interior y te lo cambian o bien por un vacío o por todo nuevo.

Pensaba: ¿y si lo que necesito es dibujar? siempre he garabateando para poder prestar atención a lo realmente importante.
Hoy, de hecho, ha salido la campaña del 40 aniversario de mi colegio y me acordaba de eso, de la de broncas que me llevé por estar dibujando en clase cuando, en realidad, esto sencillamente me ayudaba a no distraerme con cosas que realmente podían hacer que dejara de escuchar.

Y me he puesto a dibujar. Y me he dado cuenta de que cada etapa es un lienzo nuevo, pero todos esos lienzos forman una colección. Y cada colección tiene su procesión, me explico: hay colecciones en las que se puede ver una clara evolución.

 En una parte verás colores más vivos, en otra oscuros, y quizás en algunos cuadros no verás demasiada originalidad ni nada que te impacte. Son periodos de transición, quizás. Y yo soy de colores vivos. Aunque parezca que pinto con un lápiz, los trazos en mi cabeza están llenos de color. 

Como en todo, sólo algunos entenderán tu colección, o la mía, desde el principio. Son esas personas con las que simplemente los colores conectan. Aunque vengan del Guggenheim y tú estés exponiendo en la galería de la esquina, a veces el ojo experto entiende, otras veces el ojo simplemente siente. Y aquellos que de primeras no entiendan todo este batiburrillo de colores, puede que leyendo la explicación, la leyenda, empiecen a entender todo.

Me gustan esos visitantes de exposiciones, los que dedican tiempo, atención a entender los detalles de esas colecciones. Y que si encuentran, por cualquier casualidad, al autor, no tienen reparos en sentarse y hablar de todo. De cómo comenzó esa colección, y, ¿por qué no? a insipirarle para que no deje de crear.