Fraudes
Quiéreme por lo que soy ahora y no por mi potencial. No pienses que voy a mejorar, que voy a ser más alta, más guapa, más rubia o que tendré un trabajo mejor, que seré más graciosa o que seré más inteligente.
Es probable que no tenga un trabajo mejor, o que mi talento -sea cual sea- no vaya a servir para que haga un cambio trascendental en el mundo. No
No te enfades conmigo porque no he cumplido tus expectativas, porque yo no formaba parte de ellas cuando tú las decidiste así. No me preguntaste si yo estaría para esto, o aquello. Ni te prometí que mi genio fuera a cambiar, o que me iba a dejar de molestar cuando no sabía de ti en todo el día. O en días.
No me juzgues porque me gusta echar mi ratito al día mirando la prensa rosa, o porque me gusta subir fotos a Instagram. Ya era así cuando me conociste. Y tú me elegiste así.
No critiques ni ridiculices aquello que me gusta, eso no se hace a la gente a la que quieres. Yo no critiqué ni una de las cien mil cosas que no me gustaban porque a ti te hacían feliz. Y si tú eres feliz, yo también. ¿Ves la diferencia?
Tampoco quiero que pienses que voy a dejar de tener mi ritual mañanero de escuchar música de esa que socialmente está mal visto escuchar porque no es especial ni ridículamente "indie".
Quiero que pienses que bajo esa superficie de cosas que te gusta juzgar, hay un universo de cosas en común. Y quiero que sepas que si todas esas expectativas de chica que tú esperabas no se cumplieron, quizás es que tú no eras para mí. Y no al revés. Porque yo no puse ninguna expectativa en ti, pero la realidad fue un fraude absoluto.
El universo está lleno de pequeños fraudes como el tuyo, el mío. El universo está lleno de historias que, nos parecen un mundo pero, comparadas con la humanidad, no dejan de ser pequeñas historias que quedarán para la eternidad... del olvido.