Las Tapas de Lola son amor

A la tercera va la vencida...

Y lo digo porque las demás, según salía la comida, no hacía el amago de coger el móvil. Es imposible, está todo demasiado rico. Pero eso ya lo sabéis lo que no habéis estado, y los que no habéis pasado por allí, no sé a qué esperáis, de verdad.

Mi post de hoy son unas normas básicas para disfrutar al máximo de la experiencia:

  • Reservad: si es un grupo grande, dos semanas de antelación, otherwise, una. Que sea de lo mejor que puedes encontrar en Dublín, significa que todo el mundo quiere ir. Para reservas+ 353 1 4244100 y book@lastapasdelola.com.
  • Haced caso a los camareros: si os dicen que dos tapas por persona, pedís dos y las compartís con todos en la mesa como os dicen. Yo siempre voy de lista diciendo que tengo mucha hambre, pero me paran los pies enseguida. Hacen bien
  • Arroz negro: Me están dando ganas de volver ahora mismo, mientras escribo. Lloro y me enfado de lo rico que está. 
  • Ensaladilla rusa: Tengo la teoría de que aquel restaurante que borda las croquetas -también buenísimas- y la ensaladilla rusa es un restaurante al que hay que ir. Son dos cosillas sencillas, pero no simples. 
  • Pulpo a la gallega: Es difícil superar el de mi Aita, pero este está lo más cerca posible. Mis amigas decían "uy, octopus, ¡qué va!, ¿qué dices?". Después lo probaron. Estuvieron a punto de llegar a las manos por rebañar el plato. #TrueStory.
  • Gin & Tonic de Brockmans: es el primer sitio en Irlanda en el que veo esa ginebra. Y a mí con eso me han ganado. 
  • Postres: Churros con chocolate, why not? Pero, la tarta de Santiago es una maravilla. Un manjar de los dioses.

Cenar aquí hace que tenga un pelín menos de morriña. Cuando estoy que no puedo más, me sale mucho más barato irme ahí que cogerme unos vuelos a casa, así que larga vida a Las Tapas de Lola y a todas las personas que trabajan ahí. Nos volveremos a ver, muy pronto.