Nuevo curso, nueva vida

Siempre digo que para mí el año empieza después del verano. Al fin y al cabo es normal, una vida entera empezando el curso en septiembre, con propósitos de darlo todo. En matemáticas. Jajaja, aún me entra la risa con esto. Haciendo los deberes del verano a ultima hora en las últimas dos semanas, escribiendo 300 redacciones en algún cuadernillo y no sé cuántas divisiones "de las difíciles".  Llevo unas semanas un poco de locos. He estado en varios procesos de selección, y me han ofrecido tres trabajos en menos de un mes. Suena a locura, lo sé. Pero la verdad es que de uno, mejor ni hablar, me engañaron como a una tonta y estuve haciendo una prueba de puerta a puerta, como las basuras, 8 horas seguidas. Por lo menos me podrían haber avisado y me llevaba las Nike. Pero no, en bailarinas, en mitad de la nada. Os juro que estuve a punto de llorar varias veces porque no sabía cómo salir de ahí. Además, había quedado, era muy muy importante, y me quedé sin batería. Bueno. Horrible. Decidí que, en vez de llorar por los 19km que anduve en bailarinas, iba a confiar en el Karma y en que algo aprendería de aquello.

Aprendí que antes me ponía a trabajar de limpiaváteres de tercera que aguantar a ese jefe todos los días. El mayor anormal que haya conocido en mi vida. Un chulo a las 3 de caerte muerta, que además no paraba de chulear de todo lo que tenía, pero ese no sabe con quién habla, con una stalker profesional. Ese lo que tiene es un hijo y comparte piso con otros 5, como yo, la diferencia es que tiene 45 años y JAJAJAJA, ojo: pretende comprarse una casa en San Sebastián. Pues me imagino que de Los Reyes. Porque en la ciudad que yo conozco ya puede ir esperando sentado. 

No, en serio, sacó lo peor de mí. Es más. Hubo un momento que me escapé para ir al baño y vi pasar un autobús y estuve a punto de cogerlo y que me llevara a donde fuera. Me visualicé haciéndolo, pero no, no me sentía bien haciéndolo. Pero ahora, ojalá lo hubiera hecho.

Desde laúltima vez que escribí aquí sobre mis aventuras, las cosas han cambiado mucho, he conocido a un montón de gente nueva, gente que vale la pena. También me he llevado un par de chascos, pero nada que no se pase. Es más, siento más pena por la gente con la que me he llevado chascos que otra cosa. Pena y ganas de matar cuando hacen mucho ruido.

Gracias a Dior he encontrado a una amiga increíble aquí, la tengo en el cuarto de arriba, es Cristi, que hace unas papas arrugás sin que se arruguen que lo flipáis 😂.

Aparte de eso, desde hace como 4 meses llevo despidiéndome de alguien que finalmente se va este mes. Y me da una pena terrible, pero estar en una ciudad con tanta gente de paso tiene estas cosas. Lo bueno es que tengo un trabajo, y sólo un vuelo Ryanair de distancia. Not too bad.

Conclusiones: de momento me quedo de manera indefinida, feliz. El lunes empiezo en mi nuevo puesto de trabajo y probablemente no vuelva a Donosti en mucho tiempo. El coste de oportunidad. Pero sé que estoy tomando la decisión correcta.