En busca de la patata frita perfecta

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How can you mend a broken heart?

Estoy viendo la entrevista al Papa Francisco y ha dicho una frase que me ha dejado en el sitio. Preguntaba Évole sobre los muros. Y decía que quien crea muros se queda solo. Y así en lo personal. 

Hay muros que no surgen porque se hayan construido hacia arriba, surgen de que quien está dentro del muro cada vez está más abajo.  

 

Tener el corazón roto es duro. Especialmente cuando te das cuenta de que no hay un día exacto en el que sabes que ese dolor pasará.  

Durante toda mi vida he oído a gente diciendo que tardas en que se te pase el corazón roto la mitad del tiempo que has estado con alguien. Y aunque estaría genial poder controlar las emociones de una misma,  los sentimientos no son algo sobre lo que pueda decidir.  

A veces me es difícil hablar sobre estas cosas sobre todo porque a veces el corazón lo ha roto alguien con quien ni siquiera has estado, o quien no te tenía como su pareja de manera oficial, o porque no era alguien que te considerara alguien especial. Me han llegado a decir que no tenía derecho a enfadarme por algo negativo que hubiera ocurrido entre nosotros. O una que me encanta: no tenemos algo lo suficientemente importante como para hacernos daño el uno al otro. Y aunque en cierto modo podía entender su lógica, mis sentimientos eran los que eran y me parecía muy injusto que se me cuestionaran los sentimientos, que no podía sentir eso con el tipo de relación que teníamos. VENGA HOMBRE. Es totalmente posible hacer daño a personas a las que estás conociendo desde hace poco. 

Quienes me conocen saben que siempre diré que cualquier cosa que pase en “Cómo perder a un chico en 10 días” me parece bien. Incluso Princesa Dorita. 

Pero, hablando en serio, Kate Hudson dice algo así como que no puedes perder algo que nunca tuviste. Y eso me parece incierto porque, ya lo dijo Adele: we could’ve had it all. 

Cada persona tiene que llevar el corazón roto a su manera, en cualquier momento de esa ruptura. Hay que darse un tiempo para recoger los cachitos, el que necesitemos, no el que nos digan que tiene que ser. Nadie es tu coach emocional para estas cosas, solo tú. Solo yo. 

Al fin y al cabo sólo nosotros sabemos a qué ritmo nos curamos. E independientemente de si se tarda 24 horas o si son meses o años en dejar de pensar en esa persona, aunque solo sea alguien a quien viste cuatro veces, nadie tiene ningún derecho a decirte cómo te tienes que sentir. Ya es bastante malo haber sido rechazada, si además alguien de tu entorno te hace sentir avergonzada por tus sentimientos es aún más difícil superarlo. O imposible durante un tiempo.  

Reconozco que Eat Pray Love no es de mis películas de cabecera cuando estoy triste, pero siempre me ha gustado que, cuando la protagonista está fatal porque el clavo que sacó el divorcio le ha salido mal y Richard le dice que está bien estar mal por alguien, que no tiene nada de malo, que le mande amor y de vez en cuando, cuando se acuerde de él se lo diga y luego ya se quede tranquila y pase página. A veces pienso que es eso lo que debería de hacer. 

Cuando te han hecho daño o se te ha roto el corazón, lo último que necesitas es que te digan que tienes que seguir adelante y sentirte normal. Y además en un tiempo concreto. Oye, pues mira: no. Olvídate de las metas temporales y lo que se supone que febes hacer. Vete a tu ritmo aunque te frustre tu alrededor. Iras más rápido cuando dejes de pensar que te está costando una barbaridad.


 ¿Y tú? ¿Cómo curaste tu corazón?