El eterno retorno es así, misma historia, distintas personas. Los detalles cambian, y al principio siempre piensas que todo es distinto porque todavía no puedes ver más allá de la superficie. Nos pasa a todos los niveles de nuestras relaciones: amigos, familia, amor, trabajo o hasta con ese vestido con ese corte que sabes que tampoco te favorecerá este Verano.

Y cuando te das cuenta de que estás de nuevo al borde del abismo, sabiendo que caerás y que te destrozarás de nuevo; que en vez de buscar y encontrar un camino que sea llano, pues... te gusta la escalada.

Desde pequeña me he leído la última página de los libros. Pensaba: si me pasa algo, al menos sabré cómo acaba. 

Ojalá se pudiera hacer lo mismo con todo, leer la última página para al menos pasar el rato imaginando que es lo que pasa entre medias y no preocupándote y frustrándote por la preocupación constante por saber cuándo llegará la última página e intentar estar preparada. Porque sabes que lo hará. Lo hará en algunas amistades, lo hará en algunos amores, en el trabajo, en el sitio en el que vives, lo hará.