En busca de la patata frita perfecta

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Petachos

Hoy he estado con una de las personas que más me ha aportado desde que vine a Dublín. 

Hemos tenido una de nuestras clásicas charlas filosóficas sobre dónde estamos y adónde vamos. Es mucho más difícil de lo que parece. Me descojono de los que dicen que venir a Irlanda es el camino fácil porque hay mucho trabajo.

Sí. Es verdad . Hay trabajo y bien pagado. ¿Sabéis de lo que no tenemos ? Mirad, os cuento: Familia, los amigos de toda la vida -sin menospreciar a mis personitas especiales de aquí, que ya sabéis quiénes sois-, tu casa, tu hogar, tus cosas de siempre, tu cultura. Que suena raro, pero de repente te haces más patriota que nunca, de tus cosas, de tu barrio, de las lentejas de tu madre, me da igual.

Y sí, tengo trabajo, y puede ser súper demagogo decir esto, pero el dinero de final de mes no lo es todo.

Y, hoy, hablábamos del punto de inflexión en mi estancia en Irlanda, y cómo decidí seguir adelante sin mirar atrás, porque pensaba que era lo mejor. Seguí con mi vida, trabajando, teniendo momentos de ocio, y pensando que era así como se seguía adelante.  Pero creo que no. 

La metáfora para esto es sencilla: vas un día con una chaqueta que te encanta andando como si te comieras el mundo, como si nada pudiera pararte, y eres torpre, como yo, y te enganchas con la manilla de una puerta y te haces un agujero en la chaqueta. Tienes dos opciones: coserlo con cuidado, llevarlo a un experto costurero; o ponerle un petacho. Puede parecer que queda mono si eliges un petacho molón, uno que quede medio bien. Pero el roto sigue ahí, aunque lo hayas tapado para que no se vea.

Pues cuando te rompes por dentro, más de lo mismo. Puedes ponerte un petacho y hacer creer al mundo que la chaqueta estaba bien, pero la has hecho mejor, o puedes tomarte tu tiempo en hacer las cosas bien y arreglarte. 

Yo no sé qué es lo mejor, supongo que cada persona es un mundo. Pero creo que los petachos no van conmigo. Quizás durante un tiempo, porque a veces dejo las cosas para la Ane del futuro, pero después debo quitar el petacho y arreglarlo como Dios manda. Tienes que probar tu camino y fallar para buscar lo que de verdad quieres. ¿No?