Bueno, menudo día hoy. Tenía que dejar mi habitación porque me cambian porque fui muy optimista y solo alquilé habitación para pocos días, así que me han metido a otra.Por la mañana he ido al CornMarket. Es pequeñito y sólo está el sábado por la mañana. Es un mercadillo de productos artesanos. He dado una vuelta y he visto puestos de zumos naturales, de pan (he comprado), pescado y oysters, también había una zona con fotografía, he fichado para mi futuro piso. No sé dónde estará, porque el piso que me encantó ha pillado a otro que iba antes que yo. Así que nada, a seguir buscando. Hoy he visitado a una pareja gay, una casa bastante chula, habitación grande y con mucha intimidad. Uno de ellos es chef, así que he intentado sacar todo mi arsenal de amor hacia la comida, a ver si así me ama. También me he comprado un gorro muy mono. Y me ha dicho que le gustaba mucho. Espero que no me haya hecho un Regina George. Hoy he vuelto al Coffee Roasters a desayunar y, en serio, creo que me voy a tener que empezar a poner muy guapa para ir, todo guapos. Qué horror. A primera hora de la mañana mi cara es un cuadro. Pero la he llevado con honor. Y nada, que es San Valentín y el francés me lo ha dedicado, al menos alguien me lo felicita, ¡no vamos a hacer ascos! Le he dicho que luego veo con él el partido de Francia, porque soy tope maja. Además, el día ha empezado súper bien, cuando he dado mi primer sorbito al café ha empezado a sonar You&I de Wilco y casi me pongo a llorar un poquito. Es que es rebonica. Y me ha traído dos o tres millones de recuerdos. Exactamente igual que ahora, que mientras escribo está sonando I wonder/Rodriguez. Y es muy como para ponerse a bailar como una señora de unos 200 años que vi anoche en un pub. (Lo podéis ver en mi Instagram, no tiene desperdicio). Por cierto, para que os riáis un poco: escribo ayer a un piso... Y me llevo una sorpresa coqueta. Encontraréis la captura del mensaje más abajo.

Para terminar, las fotos de la jornada. Porque del partido de la Real de ayer, mejor ni hablamos.